jueves, 29 de septiembre de 2016

GLOBALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN DESDE LA OFERTA Y LA DEMANDA DE LA SOCIEDAD CAPITALISTA



“Si compartimos seriamente la preocupación de aquellos que expresan su desacuerdo con la globalización, si queremos que la globalización funcione para los cientos de miles para quienes no lo ha hecho, si deseamos que la globalización con rostro humano tenga éxito, entonces debemos levantar  nuestras voces. No podemos, ni debemos permanecer indiferentes.”

JOSEPH STIGLITZ 

Stigliz  invita a realizar una reflexión más concienzuda  y/o humanizante de la tendencia de globalización de los mercados a través de la ratificación del TLC como… (“) uno de los factores cruciales para sustentar el crecimiento del país encabezado por el sector privado y competir con éxito en el mercado internacional.” (Banco Mundial, 1994) que trajo consigo cambios acelerados en los sistemas educativos de países como Colombia frente a las cambiantes demandas señaladas por la CEPAL en la década de los setenta en américa latina y el caribe debido a la fuerte crisis económica del momento y como consecuencia dificultad de los pagos a la [1]deuda externa con la banca internacional.
Fueron esas condiciones de vulnerabilidad económica que organismos internacionales encabezados por el fondo monetario internacional (FMI) el banco interamericano de desarrollo (BDI), la organización mundial de comercio (OMC) y el departamento de tesoro de los estados unidos  lanzan una serie de propuestas bautizadas bajo el Consenso de Washington donde  precisan como única forma de salir de los aprietos la implementación de diez lineamientos como solución, milagrosa e inaplazable.
Este consenso en el mundo de la política, pretende persuadir la reorientación del pensamiento y la práctica del desarrollo de los estados bajo la premisa, “ El mercado es el que gobierna y el Gobierno quien administra lo que dicta el mercado” (Estefanía,1998: 26;énfasis original) y como agencia de préstamos reguladora y proactiva (Torres, 2002) entra a incidir en el qué y cómo educar a los actores sociales manteniendo políticas activas de mercado donde plantea nuevas formas en los sistemas de formación tanto en el sector público como privado orientadas a solicitudes de la sociedad capitalista oferta-demanda desplazando el sistema tradicional educativo y de calificaciones para implantar la educación para, la formación del individuo para el trabajo y la certificación laboral (Gómez 1998:7-38).
En nuestro país el enfoque desde las competencias laborales, como nueva visión empresarial parte de la regulación de las destrezas, habilidades, aptitudes y conocimientos bajo estándares de desempeño y de selección del conocimiento global […] actúa como conducto para la transmisión a sus clientes de experiencias y conocimientos mundiales sobre buenas prácticas de desarrollo que los equipen para diseñar e implantar políticas sociales eficaces y sostenibles (banco mundial,2004:115; énfasis propio).
Entendiéndose que las competencias solo forman para el trabajo desde lo técnico sin reflexionar sobre el componente de formación social y humanístico, la educación a la medida de las personas, la educación de las capacidades de los ciudadanos para que puedan conseguir los fines que puedan plantearse como seres autónomos, críticos y creativos. 
Según Delors (1997)… la educación es entendida por varios autores como un proceso continuo mediante el cual una persona adquiere unos conocimientos  y los utiliza para enfrentar su cotidianidad… de acuerdo a ello y con lo expuesto hasta aquí, se hace imperante el repensarnos como sociedad colombiana cultural, con necesidades, intereses, identidades económicas, geográficas, diferentes y únicas, singularidades primordiales en el reconocimiento  del estudiante como protagonista en la actuación central de su aprendizaje, con sistemas efectivos de formación, utilizando la autonomía institucional para reformular el  currículo,  más humano, pertinente y social en donde se incluya la comunidad y se le empodere, en la formación del  pensum académico, o malla curricular, con base sus necesidades, aspiraciones y características de su  entorno.
El currículo deberá entonces aportar al niño o joven competencias para un aprendizaje significativo, es decir, “desde lo que me significa” “desde lo que es importante para cada individuo”, de esta manera posiblemente, estará cien por ciento motivado a aprender y desaprender según le corresponda en cada circunstancia de su vida. Un currículo de calidad debe motivar al estudiante a actuar de forma crítica, creativa que le permita utilizar sus conocimientos en habilidades cívicas, socioemocionales, emprendedoras cargadas de sentido y significado en la formación para la vida.
El cambio en el estudiante llegara entonces cuando ese significado se formule en una perspectiva de deberes, derechos y de derechos solidarios, como sujetos sociales y en relaciones equilibradas entre individuo-estado como búsqueda de la conquista de desarrollo del potencial humano. 






[1] ) Estudio Económico de América Latina 1980 (E/CEPAL/L.250), Santiago de Chile, 1981.

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